
Hacia finales del Siglo XIX –Hermanos Thonet lo hizo por allá 1890 con sus “asientos termoplásticos con relieve”- se empezó a utilizar la madera chontrachapada -o madera cruzada como se decía entonces- para sustituir a la costosa rejilla de asientos y respaldos de todo tipo de sillas pero especialmente de las de madera curvada. En Valencia había una auténtica especialización en este sector, con los Hermanos Miralles, que se presentaron en la Exposición Regional Valenciana de 1909 o el que vamos a ver hoy, líder del sector, Franco Tormo (1865-1941). En otra ocasión haremos una entrada sobre la Unión Fabril de Asientos y Tableros de Madera, la otra empresa importante en este ámbito.
La fábrica de Tormo, muy activo en el primer tercio del Siglo XX, estaba en el entonces llamado Camino de Picassent, en la Avenida Gaspar Aguilar nº 8. Antes de crearla, hacia 1911, había tenido talleres en la calle Ciril Amorós nº 50.

La fábrica permaneció muchos años en funcionamiento y fue llevada por “Hijas de Franco Tormo” hasta los años ochenta pero desapareció en un incendio provocado por un fallo en un cable eléctrico en 1984, percance del que sólo sobrevivió la chimenea de ladrillo. Sobre este desafortunado episodio hay una sentencia del Tribunal Supremo 206/1989, 8 de marzo de 1989. La chimenea, que es bien de relevancia local actualmente, puede visitarse en la calle de Franco Tormo, en Valencia.


La virtualidad de la chapa, en comparación con la hipnotizante geometría de la rejilla, es que permite imprimir en ella, bajo diversos procedimientos, patrones estéticos pre-diseñados de modo que no es inusual encontrar asientos y respaldos que presentan decoraciones historicistas o Art nouveau, teniendo en cuenta en este sentido la época en que se desarrolla el contrachapado a principios del Siglo XX. Los asientos y respaldos, además de tener distintas medidas, podían ser planos (sin decoración), perforados, grabados al fuego (pirograbados) o en relieve (alto o bajo).

De este modo pueden identificarse los diversos dibujos en las sillas que llevan estos respaldos y asientos contrachapados, como el ejemplo que ponemos a continuación que presenta una decoración floral modernista.

Con frecuencia se encuentra un sello de “Franco Tormo” en la parte inferior de un asiento de madera contrachapada. Eso no indica que la silla fuera fabricada por Tormo sino que el fabricante utilizó sus productos para terminarla. A veces esto da lugar a confusiones. Probablemente diversos fabricantes de mueble curvado utilizaban los asientos y tableros de Tormo. El problema es que muy raramente los fabricantes valencianos marcaban sus muebles y de ahí que sea necesario disponer de catálogos o anuncios para identificarlos. No siempre es posible. Ahora bien, si llevan esta marca el asiento ha sido fabricado sin duda por Franco Tormo.

