
Dentro de la extensa colección de mueble de Viena del Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid) dedicamos esta entrada del blog a dos muebles clásicos de Hermanos Thonet: la silla nº 33 y la mecedora nº 4, que conviven en franca armonía.
Silla nº 33.
Apareció por primera vez en el catálogo de 1883. Presenta un interior del respaldo, bastante alto, con forma ovalada unida a la barra exterior por pequeñas piezas también ovaladas de tamaños y formas diversas. La silla del MNAD lleva la inscripción “Thonet” y la etiqueta del vendedor de muebles de Viena Francisco Castelltort (calle Pelayo nº 56 de Barcelona), donde también se vendía este tipo de mobiliario junto a la legendaria tienda de Pelayo 40. Curiosamente en la casa-museo de León Tolstói (1828-1910) se encuentran ejemplares de este modelo de silla de corte Hoffmanniano (avant la lettre), aunque no sabemos si son sillas originales de la casa. En la prensa de Madrid (La época, 1889) se publicitaba a menudo la firma con varias sillas entre las que estaba la nº 33.

Mecedora nº 4.
Las mecedoras con aros entrelazados fueron muy populares en el último tercio del Siglo XIX, en particular en Alemania, pero también en España, por ejemplo. Con los aros en el diseño de la mecedora se evocaba decididamente su potencial de movimiento. No podía faltar este modelo, de tamaño grande por lo general, en catálogos, carteles y anuncios. La tienda de Hermanos Thonet en Madrid, en la Plaza del Ángel, solía hacer publicidad con una mujer sentada en una mecedora nº 4.

Y lógicamente en los catálogos se ofrecía con complementos. En algunos casos, como en el catálogo de 1899, se presenta con la posibilidad de adjuntar un reposa-pies extensible -para mejorar la comodidad del asiento que entonces se asemeja a una chaise-longue– o un apoya-pies que permite reforzar la función de balanceo. Estos mecanismos útiles eran opcionales y podían instalarse en varios tipos de mecedoras. Hay una conocida publicidad de la tienda de Thonet de Milán publicada a toda página en el número 48 (3 de diciembre) de la Domenica del Corriere de ese mismo año 1899 donde la mujer lectora se apoya cómodamente en un reposa-piés extensible.
