
Vilajuïga es una localidad bien conocida de Girona, en particular por la calidad de sus aguas medicinales, actualmente promocionadas por muchos chefs de prestigio. El Hotel Central, inaugurado en 1908, como la Fonda Europa, para acoger a los visitantes bebedores del agua de Vilajuïga, tenía su temporada «oficial» del 1 de abril al 30 de octubre, aunque estaba abierto todo el año. Su propietario era Sebastián Laporte y así constaba en los anuncios en La Vanguardia y en las postales del hotel que se editaron. El nombre «Gran Hotel Central» era un tanto pretencioso teniendo en cuenta su tamaño reducido. No obstante la fachada tenía un aire modernista que ayudaba a subir el nivel de un establecimiento apropiado para difundir las bondades del agua de Vilajuïga y atraer visitantes. En aquellos años el agua de Vilajuïga tenía gran difusión en los hoteles y restaurantes. De hecho, dicho sea de paso, se bebía en el restaurante del Hotel Buenos Aires de Vallvidrera como puede verse en una buena ampliación de la fotografía que hizo en su día Lucien Roisin del interior del establecimiento.

En las postales que se editaron del hotel, particularmente del comedor y del salón, se puede observar mobiliario de madera curvada, en particular unas sillas económicas con asiento de chapa de la fábrica de Ventura Feliu de Valencia (hasta 1916 no traspasó la propiedad de la empresa a sus hijos, llamándose entonces «Hijos de Ventura Feliu»). También se aprecian dos ejemplares de su modelo de mecedora, que se acababa de patentar en 1906, con la famosa «curva de anguila». Esta mecedora, símbolo del Art nouveau valenciano, tuvo mucho éxito en el mercado del mueble curvado español hasta los años treinta.




