
En la era de » la mecanización toma el mando» (Sigfried Giedion) y siguiendo las pautas de inventos similares en los Estados Unidos, la casa Kohn patentó -en todos los Estados, según se indica en los anuncios- en 1898 un sillón con asiento móvil y respaldo reclinable en consecuencia (Neige-fauteuil-fauteuil à bascule automatique) específicamente diseñado, según los usos de la época para «leer, escribir y conversar». Suponemos que no es que los otros sillones de escritorio de Kohn, por ejemplo el famoso sillón de escritorio «Le Corbusier» que fue introducido en el mercado por Kohn en 1899, no sirvieran para «leer, escribir y conversar» pero la búsqueda de la funcionalidad estricta y multiple, era un atractivo comercial. Se publicitaba sobre todo en revistas vienesas como Neues Wiener Journal (8 de diciembre de 1898) y Wiener Bilder (27 de noviembre de 1899).

El asiento descansa sobre los zócalos de madera laterales y una especie de placa de metal que se balancea un poco hacia adelante y hacia atrás. Hay dos grandes muelles, delante y detrás situados en posición horizontal y que amortiguan por resistencia. Según explica Lorène Vanini, en una conversación que hemos tenido -pero yo estaba sentado en un sillón tradicional fijo-, «cuando retrocedes, ¡da un poco de miedo! pero el asiento se detiene bien y sobre todo la ergonomía del bastidor trasero evita que el peso del cuerpo haga que el asiento se vuelque». Es una suerte que no pasaba con algunas mecedoras que de tanto balancearse acababan con el usuario en el suelo.
En la propaganda del mueble se decía que era automático porque «el mismo movimiento de la persona gradúa la posición» y que era agradable y cómodo, «evitando el vicio de columpiarse en los pies delanteros o traseros del sillón».
Es curioso que este modelo fuera patentado también en España -en castellano se llamaba en los catálogos «sillón reclinante»- : en efecto en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial de 12 de abril de 1898 consta que Felix Kohn de Viena (Austria), se le concede el 26 de abril de 1898 por veinte años una patente de invención consistente en «un mueble para sentarse, de madera curvada, con asiento móvil y respaldo fijado en este último». Ahora bien, como en «casa de herrero cuchillo de palo» cuando falleció Felix Kohn, en 1906 se publicó una fotografía suya en un diario de Viena leyendo en un sillón bastante diferente del sillón con asiento móvil que vendía en sus catálogos. !Quizá tenía miedo de caerse de espaldas¡
