Ya empieza a ser conocido que Salvador Albacar era un potente empresario del mueble curvado valenciano de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX. Con fábrica en el Camino del Grao núm. 31 y tienda en la entonces Plaza Emilio Castelar núm. 8, -los bajos del Ateneo Mercantil-, tenía una parte de la cuota del mercado junto a Ventura Feliu, Luis Suay y Joaquín Lleó, que eran los más importantes entonces. Solicitó y obtuvo algunas patentes, participando a principios de Siglo XX en lo que podríamos llamar «la guerra de las trabas», refuerzos distintos para sillas que servían también para distinguir a un fabricante de los otros. En el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial núm. 408 de 1903, el 31 de julio, se le concede a Albacar una patente de invención núm. 31.875 por veinte años por “un refuerzo en forma de S cruzada horizontal, de madera curvada, para las sillas llamadas de Viena”. Aunque la práctica de esta patente sólo se acreditó el 18 de septiembre de 1906 ya destaca en la primera página del suplemento al catálogo de 1904. En la revista La Esfera de 24 de enero de 1914 hay una conocida fotografía de Unamuno en su habitación de la Residencia de Estudiantes donde aparece sentado en una silla con la traba núm. 2 de Albacar. En el catálogo del fabricante se indicaba que este refuerzo en forma de «S» dispuesto en cruz entre las patas delanteras y las traseras sustituía el tradicional anillo con ventajas, siendo especialmente apto para sillas destinadas a Casinos, Hoteles, etc. Suponía un aumento de precio de 25 céntimos en una silla, sobre un precio medio de esta de 6 pts.

La cuestión es que la propaganda de Albacar le fue muy útil cuando se instaló en Barcelona, creemos que en 1907, en la calle de Balmes núm. 10, a un tiro de piedra, en sentido figurado, de la tienda de Hermanos Thonet en el número 40 de la calle Pelayo. Las sillas de Albacar eran más baratas -alrededor de un tercio del precio- que las de los fabricantes vieneses y obviamente tuvieron mucho éxito precisamente en casinos y hoteles, que necesitaban piezas en cantidades considerables. En la década de 1910 fue popular, en particular, un modelo de silla con la traba patentada núm. 2. Sin ningún ánimo exhaustivo -seguramente en el Hotel Regina en la calle Vergara de Barcelona también las tenía- aquí recogemos imágenes de los siguientes establecimientos públicos que disponían de sillas de Albacar con esta traba, en ocasiones en un número importante de unidades. Era una silla sencilla, sin continuidad lineal de patas traseras, con una pala del respaldo decorada con diversos motivos y asiento de chapa rectangular en vez del típico asiento redondo con rejilla.

CASINO Y SALA DE FIESTAS DEL TIBIDABO



CASINO DE LA RABASSADA


CAFÉ DE LA CENTRAL DE LA COOPERATIVA DE LA FLOR DE MAYO


RESTAURANTE DEL HOTEL SUBUR DE SITGES


La traba núm. 2 de Albacar era opcional con aumento de precio en todas las otras sillas.
