Los cafés, particularmente a finales del siglo XIX y principios del XX eran testigos de las diversas facetas de la vida de las ciudades, de algún modo lugares en los que se fraguaba la historia. Lógicamente -y más a lo largo de muchos años de funcionamiento- tenían cambios de propietario y de decoración. En estas entradas del blog que publicamos -centradas en el mueble curvado de los establecimientos- llevamos también a cabo instrumentalmente una micro-investigación -a un nivel básico- en la que intentamos precisar datos de los locales en perspectiva histórica partiendo de textos e imágenes, que son las fuentes más a mano.
EL CAFÉ KUTZ DE SAN SEBASTIÁN (1906).
Al parecer en 1906 el Café de la Marina de San Sebastián cambió de propietario. En la revista Industria e invenciones de 1 de septiembre de 1906 consta la concesión a Luis Kutz de un nombre comercial -Café Kutz- “para su establecimiento situado en San Sebastián”, aunque en la solicitud que había hecho de 24 de abril de 1906 se pedía el nombre en plural para «sus establecimientos destinados a cafés, situados en San Sebastián» porque tenía ya algún café con el mismo nombre, al menos uno en la Avenida de la Libertad número 11.

Sea como fuere, al adquirir el Café del Boulevard, Kutz hizo reformas importantes y costosas (300.000 pts. de entonces) para modernizar el local y aprovechar así el impulso de la Belle époque donostiarra. Los Kutz eran una familia de cerveceros alemanes procedentes de Ulm que no sólo importaban cerveza sino que también la elaboraban en el País Vasco. Hacia el 1900 Ramón Kutz y posteriormente Juan y Teodoro Kutz, en San Sebastián (Ategorrieta), tenían la marca de cerveza «El león». [https://www.diariovasco.com/san-sebastian/anos-cerveceria-kutz-20220307072422-nt.html].

EL NUEVO CAFÉ KUTZ DE SAN SEBASTIÁN
En 1911 el Café Kutz devino impopular porque ese año sufrió un contundente y extendido boicot organizado por la sociedad de camareros debido a una movilización provocada por el despido de dos de ellos del establecimiento, conflicto laboral que terminó con un arbitraje. El boicot fue duradero y era titulado en la prensa como «los camareros de San Sebastián», dada su magnitud (La Correspondencia de España, 30/11/1911, n.º 19.650, página 1).

En aquellos años se editaron postales en las que puede verse en el toldo las palabras «Nuevo Kutz», quizá una estrategia comercial para recuperar el prestigio perdido con el boicot de los trabajadores de la hostelería, que fue secundado por los clientes eficazmente.


EL CAFÉ KUTZ DE PAMPLONA (1912).
Llegando finalmente a Pamplona, interesa comentar que Luis Kutz fue propietario de un café con el mismo nombre en Pamplona desde 1912 -el Café Kutz- en la Plaza del Castillo número 43. En los años veinte en el toldo del Café en Pamplona se podía leer “Gran Café Kutz- Pamplona-San Sebastián” y así se anunciaba también en la revista Mundo gráfico en 1915.


El Café Kutz de Pamplona, aparte de ser un clásico en las visitas de Ernest Hemingway, fue históricamente un lugar de reuniones y encuentros para la formación del club deportivo Osasuna, algo parecido al papel que jugaron los jardines de la Cervecería Moritz en Barcelona para el Barça. Curiosamente, -a este blog ya se sabe a qué se viene- en el Kutz de Pamplona había sillas de madera curvada valencianas, como en otros sitios en el País Vasco. En la imagen de la postal del interior que se conoce puede identificarse como el modelo más extendido el llamado “silla de café” de Luis Suay, una pieza sencilla y económica, con la traba en forma de cruz bifurcada patentada por el empresario en 1902. En primera línea de la imagen del Café se aprecia también una silla con traba en forma de doble lazo – muy parecida a la que utilizaba Ventura Feliu- que hemos visto en un catálogo comercial del también fabricante de muebles curvados valenciano Vicente Crespo, documento que se encuentra en el Archivo Valenciano del Diseño.



El Café Kutz de Pamplona cerró en 1961 pero todavía pueden comprarse los coleccionistas las famosas botellas de cerveza «El león».
