
El ingeniero de montes, literato y político valenciano Juan Navarro Reverter (1844, Valencia-1924, Madrid) fue enviado oficialmente a la Exposición Universal de Viena de 1873 para hacer un informe, que se publicó en 1875 con el título Del Turia al Danubio. Memorias de la Exposición Universal de Viena, Valencia, imp. Domenech, 1875. En este blog hemos tomado prestado el título, invirtiendo el orden de los ríos – a fin de cuentas cuando había riada el Turia parecía el Danubio-, para referirnos al origen diverso de las sillas de uno de los cafés históricos de Valencia, el Café Suizo. Sus sillas no dejan de ser un testimonio humilde de los cambios producidos en la economía valenciana de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en cuanto al mueble curvado se refiere. En su memoria (p. 425), Navarro Reverter se refiere a «los muebles de haya aserrada en tiras y retorcida de modo que parece salir de un molde…», pues fabricantes de mueble curvado como Hermanos Thonet, Jacob & Josef Kohn e Hijos de D. G. Fischel participaron en dicha exposición.

Por esas fechas, hacia 1880, las sillas del Café Suizo de Valencia, en la Bajada de San Francisco, eran, en efecto, producto de las barras de haya aserradas, vaporizadas e introducidas en un molde para que conservaran la forma. En aquellos años la introducción del mueble curvado de Viena era un fenómeno cierto en Valencia, con la tienda de Zacarías Janini en la calle Zaragoza y la presencia de mueble de Hermanos Thonet en la Exposición Regional valenciana de 1883.

DEL DANUBIO.
Es extraño -y algo perturbador- que la única imagen antigua del interior del Café Suizo que se conoce sea la que aparece en la noticia de la revista Mundo gráfico sobre el atentado terrorista que sufrió el establecimiento el 23 de mayo de 1920, en épocas turbulentas en sentido social y político. En este atentado murió un joven y resultaron 8 personas más heridas, cuyas fotografías aparecen en la publicación. Hubo otros atentados por esas fechas en otros locales de Valencia, como en el teatro Apolo. Reproducimos a continuación la fotografía del interior del Café que se publicó en Mundo gráfico.

En el interior se aprecian dos tipos de sillas: las típicas número 14, silla económica y funcional por excelencia, y la número 28, con otro diseño. La silla número 28 de Hermanos Thonet era llamada la silla «en forma de corazón» porque reproducía la forma de este órgano en el respaldo, el asiento y el anillo de refuerzo entre las patas, logrando una buena uniformidad que la hacía estéticamente vistosa, aunque era muy pequeña, con un asiento de 37 centímetros de diámetro. Era un modelo económico pensado para colocar en grandes cantidades en locales públicos, cafés, por ejemplo y en Barcelona tuvo mucho éxito.

Lo interesante de las sillas del Café Suizo de Valencia es que pertenecían a una etapa temprana del modelo, en el que hay un cierto reciclaje de piezas curvadas, ya que las patas traseras y la parte exterior del respaldo están formadas por dos piezas que se ensamblan sin que presenten la continuidad lineal de la silla número 28 a partir de 1882. En efecto, es en 1879 cuando aparece en un catálogo de Hermanos Thonet el modelo número 28 originario, el más antiguo por tanto, con la forma que presentaban las sillas del Café Suizo. En una imagen comparativa podemos comprobar lo dicho: las dos patas traseras son cada una una pieza que se ensambla en la parte superior. El asiento y el anillo de refuerzo sigue la forma del respaldo. Si observamos en detalle las sillas del Café Suizo, responden a este patrón.


El modelo de silla número 28 posterior a 1882 tiene otro aspecto porque presenta la continuidad lineal típica de los productos acabados de Hermanos Thonet. Es por tanto posible, como hipótesis, que el respaldo del modelo nº 28 fuera primero un producto del reciclaje de piezas rotas durante el curvado, procedimiento que se utilizaba en otros diseños de los fabricantes de mueble curvado y que hoy llamaríamos diseños sostenibles. Posteriormente, por su éxito entre el público, la silla se transformó en un producto ordinario, mostrando la continuidad lineal que observamos, por ejemplo en las sillas nº 28 del Café «La pajarera», inaugurado en Barcelona en 1888.


DEL TURIA.
En 1923, el local fue reformado en profundidad, convirtiéndose en un establecimiento de moda en Valencia por su localización, lujo y calidad. Por las fotografías que se conocen nos parece que todavía se conservaban algunas de las sillas nº 28 de Hermanos Thonet adquiridas en el Siglo XIX, pero los asientos curvados nuevos ya no eran vieneses sino valencianos. El modelo de silla, presente al menos claramente en el restaurante del Café, estaba ilustrado en el catálogo de Vicente Crespo (calle San Vicente, nº 280), probable fabricante de las sillas. Se puede identificar por el doble anillo del respaldo, los arcos de refuerzo entre las patas y el cuidado diseño de las patas delanteras.



Entre 1880 y 1920 habían cambiado muchas cosas en el ámbito del mueble curvado en Valencia: de ser un mobiliario de importación de Austria-Hungría había pasado a ser un producto de fabricación autóctona que se utilizaba en toda España. Por poner un ejemplo del mismo fabricante, había sillas de Vicente Crespo, de otro modelo, en el restaurante del Hotel Reina Victoria de Madrid. Fue en aquellos años cuando vino la riada del mueble curvado de Valencia.
Sobre el Café Suizo: Arturo Cervellera Moscardó, 101 Cafés históricos de Valencia, Editorial Vinatea, 2021, pp. 81-86.