Es cierto, no es mueble curvado ni de Viena sino de Glasgow. Sin embargo las relaciones entre Glasgow y Viena entorno al 1900 son tan interesantes que no hemos podido dejar de referirnos a ellas en este blog.
El año 1900 fue importante para los artistas de Glasgow, Charles y Margaret. Se casaron el 22 de agosto y en su casa en 120 Mains Street instalaron muebles hechos por ellos mismos, entre otros, en el salón al lado de la chimenea, un sillón (armchair) de Charles que tenía un panel de Margaret en el respaldo. [Véase, por ejemplo, Thomas Howarth, Charles Rennie Mackintosh and the Modern Movement, London: Routledge, 1952, plate 12; y Charlotte and Peter Fiell, Charles Rennie Mackintosh, Taschen, 2004, p. 75].

El mismo año 1900, entre noviembre y diciembre, expusieron con gran éxito en Viena, invitados por los artistas de la Secession (VIII Exposición). Su instalación, llamada scottish room, en el edificio de Joseph Maria Olbrich, fue un éxito. Se dedicó a los artistas escoceses un número de la revista Ver sacrum con reproducciones de sus obras. El sillón, junto a otros muebles traídos de su propia casa en Glasgow, estuvo presente en la exposición. [Puede verse en el artículo de Roger Billcliffe y Peter Vergo, «Charles Rennie Mackintosh and the Austrian Art Revival» The Burlington Magazine, vol 119, nº 896, 1977, november, pp. 739-746, anexo.]

Uno de los artistas impresionados por el arte de los Mackintosh, además de Gustav Klimt, fue Koloman Moser. Existen diversas obras gráficas de este diseñador que pueden remitirse, directa o indirectamente, al estilo de Glasgow. La cuestión es que Moser adquirió el sillón de los Mackintosh para su propia casa en Viena, un edificio diseñado por el amigo y arquitecto Josef Hoffmann.

En el Hunterian Museum and Art Gallery de la Universidad de Glasgow se conserva un diseño de Margaret MacDonald sobre lo que después fué el panel incorporado en el respaldo del sillón. El dibujo lleva anotado al margen una popular cita del poeta inglés Alfred Lord Tennyson que dice: «knowledge comes but wisdom lingers».

De hecho, existe una fotografía de Margaret sentada en el sillón, en la que se puede apreciar el panel. [Alistair Moffat y Colin Baxter, Remembering Charles Rennie Mackintosh. An illustrated biography, Great Britain: Colin Baxter, 1989, p. 19].

Finalmente, el sillón de los Mackintosh fue a parar al Museo de Artes Decorativas y aplicadas de Copenhague, actualmente Museo del Diseño de Copenhague. [Peter Noever, (Ed.), Der Preis der Schönheit. 100 Jahre Wiener Werkstätte, Wien: MAK-Cantz Verlag, 2003, pp. 26 y 437.]


Margaret debía ser una persona cautivadora. El arquitecto y decorador de Reims Ernest Kalas, en el elogio del arte de Glasgow que hace en su libro sobre las artes industriales publicado en 1905 nos ofrece esta descripción: «una mujer distinguida, de hermosa apariencia escocesa, fuerte y ágil; vestida de blanco de un modo muy sencillo, pensado como envoltorio de un rostro de color fresco que enmarca un cabello macizo, estilizado, de oro cobrizo. En la cintura alguna joya grande de color violeta o plata vieja. Mirada curiosa, extasiada. Suaves y acompasados gestos de seducción: la señora Margaret MacDonald Mackintosh» [E. B. Kalas, De la Tamise à la Sprée. L’essor des Industries d’art, Reims: L. Michaud Éditeur, 1905, p. 83, traducción propia].
En conclusión: Koloman Moser adquirió en la VIII Exposición de la Secession una pieza de la pareja de Glasgow que ellos habían diseñado personalmente para su propia casa, un motivo realmente de peso para que Moser se sintiera impresionado por sus amigos. ¿Era el panel de Margaret un amuleto que otorgaba poderes mágicos a su propietario? Sea como fuere, existía una estima mutua y Moser, en aquellos años, estaba realmente interesado en el mobiliario y los diseños de Charles y Margaret Mackintosh lo que se demuestra, por ejemplo, y volviendo al Mueble de Viena, en la decoración mural de la tienda de Kohn en París.
Muy especial.
Muchas gracias
Maribel
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