Varios países participaron en la primera Exposición de Artes Decorativas Modernas de Turín de 1902: Alemania, Italia, Hungría, Austria, Suiza, Inglaterra, Bélgica, Países Bajos, Japón y Estados Unidos. El edificio de la exposición austríaca fue realizado por el arquitecto Ludwig Baumann (1853-1936) y la casa Kohn estuvo presente con dos salas bien amuebladas con piezas modernas todas ellas hechas en madera curvada. Por motivos personales -se dice- no participaron ni Otto Wagner, ni Josef Hoffmann ni Koloman Moser.
Afortunadamente, es posible a través de las imágenes de la Exposición de Turín, datar en 1902 algunos modelos que no aparecen en los catálogos conocidos de Kohn hasta el francés de 1904. Una de las dos salas era un salón con chimenea incluida, -como la que se exhibió en la Exposición internacional de Glasgow de 1901-. El autor de las piezas de esta estancia, según todas las fuentes, fue Gustav Siegel, el director del departamento de diseño de la empresa. En la izquierda de la fotografía del salón se aprecia una ventana que iluminaba la habitación y que, si se estudia en detalle, deja ver que era la vidriera que Koloman Moser diseñó para la Exposición de invierno del Museo de Arte e Industria de Viena de 1901-1902. Se debió, por tanto, trasladar la vidriera a Turín para decorar esta instalación. Las jardineras y los sillones también se encontraban en la instalación de Kohn de la Exposición universal de París de 1900.


La otra sala era más bien una oficina, con escritorio, reloj, sala de espera y un armario que, al parecer, es una de las pocas piezas que hizo Koloman Moser para la casa Kohn pues así se deduce de alguna revista de la época donde se le señala como autor. Desde esta óptica también se ha atribuido a Moser el escritorio pero en este caso no hay ningún indicio de esta autoría. Tanto el armario como el escritorio -así como el reloj- se ofrecían a la venta en el catálogo francés de 1904.



Por otro lado, si se observan bien las fotografías vemos como están decorados los salones con piezas largas de madera curvada que hacen de marco, al igual que se hizo en la tienda de Kohn en París (1901) y se haría más tarde en la de Berlín, en 1905. En conjunto, las dos habitaciones atestiguaban el éxito del programa de Kohn de hacer estancias completas sólo con mueble de madera curvada, o sea, la utopía del mueble curvado total, que hizo de la firma Kohn un referente del arte decorativo moderno del que la Exposición de Turín se hizo eco.