No es fácil encontrar la forma del lazo en el mueble de madera curvada. Y eso a pesar de que la técnica de la madera curvada es probablemente la más adecuada para hacer lazos continuos, pero su relativa escasez puede deberse a que, al ser el radio de curvatura pequeño, la barra tiende a romperse con más facilidad cuando se curva.
Básicamente el lazo puede cumplir dos funciones en los muebles curvados: una decorativa, utilizada en respaldos de sillas y sillones, y otra de sustentación o refuerzo, que hemos visto principalmente en mecedoras. Como ejemplos de lazos con función decorativa son destacables las sillas número 25 y 26 de Hermanos Thonet, muy apreciadas por los coleccionistas, que tienen tres lazos unidos en el respaldo con formas diferentes

En el mismo fabricante encontramos un bonito lazo en el centro del respaldo del sillón número 27, también una pieza muy escasa, aunque en el lazo, con seguridad, en algún punto tenía ensamblaje, siendo un caso -sobresaliente- de continuidad lineal simulada.

Con funciones de refuerzo patentó Ventura Feliu en 1904 una traba para sillas en forma de doble lazo que quizá tiene también algo de forma de pajarita. La traba fue muy popular -incluso en Barcelona había sillas con ella en el salón de lectura de los Grandes Almacenes «El Siglo»- y fue un signo distintivo de su mobiliario durante muchos años.

Es en las mecedoras donde pueden verse lazos que cumplen una función estructural además de decorativa. Casi todos los fabricantes tenían algún modelo en el que los laterales tenían lazos y aquí sólo ponemos algunos ejemplos. Fue muy apreciada en Barcelona la mecedora número 11 de Jacob & Josef Kohn, probablemente porque el vendedor Baldomero Martínez (calle Pelayo número 50), la publicitaba con frecuencia y la misma casa Kohn la ilustraba en los anuncios del diario La Vanguardia de 1881. Había unos cuantos ejemplares de esta mecedora en el Hotel Internacional que concibió Domènech i Montaner para la Exposición Universal de Barcelona de 1888.

La mecedora número 11 de Hermanos Thonet es una muestra de la versatilidad de esta forma y una de mis preferidas, particularmente por la fuerza simbólica del «lazo infinito» y la rejilla continua entre el respaldo y el asiento.

Una mecedora también muy potente en el sentido estructural es la número 71 -también de Hermanos Thonet- aparecida en 1905 y en la que dos gruesas barras laterales continuas, con lazos en posición invertida, son las protagonistas visuales de la pieza, a la que dan un dinamismo extraordinario, y hace que se asocie en ocasiones esta mecedora a las formas del Art nouveau.

En Valencia, Salvador Albacar hizo un ejercicio arriesgado con los lazos laterales de su mecedora número 6. Constituyen la continuación de la espiral, su curvatura es máxima y en ellos también recae el peso que soporta el asiento cuando la mecedora balancea. Para rematar la faena hizo que el lazo terminara en un rizo. Es una mecedora interesante que vale la pena conservar. El historiador, artista y crítico de Arte Feliu Elías se retrato con este modelo de mecedora en su taller, en Barcelona.


Un mueble irresistible por su ligereza y elegancia de la producción de Hermanos Thonet eran las jardineras. En el modelo número 1, aparecido en 1883, encontramos una ejemplo más de armonía entre forma y función porque los lazos encadenados son, a la vez, estéticamente atractivos mientras que colaboran en la función de soporte.

Ahora bien, ¿Cómo encajan las ideas del físico y museólogo Jorge Wagensberg (1948-2018) en todo esto? Wagensberg era un profesor y escritor maestro de la investigación y divulgación científica y en uno de sus libros, en un tema que para él era recurrente y se refería a él en conferencias, explicaba las funciones de las formas en la naturaleza. En La rebelión de las formas (2004) no pude dejar de advertir las expresiones -o aforismos- «la espiral empaqueta» y «la hélice agarra» a la vista de la instalación de Jacob & Josef Kohn en la Exposición Universal de Filadelfia de 1876 en la que estaba trabajando https://muebledeviena.com/2019/03/12/a-la-conquista-del-mercado-americano-mueble-de-viena-en-la-exposicion-universal-de-filadelfia-de-1876/. En el «teatro expositivo» de aquel acontecimiento Kohn incluía, con funciones demostrativas y decorativas, espirales y hélices de madera curvada, como las que Jorge Wagensberg describía en su análisis de las formas. Por este motivo, en las primeras páginas del libro sobre Jacob & Josef Kohn que publicamos en 2006 se encontraba una imagen con dichas formas curvadas de la Exposición de Filadelfia con las palabras de Wagensberg.

La pregunta, entonces, siguiendo estos argumentos, sería: si la espiral empaqueta y la hélice agarra, ¿Qué hace el lazo?. Desde luego no nos referimos a qué puede hacer el lazo en la naturaleza, sino a qué significado podría tener en el campo del mueble de madera curvada, o dicho de otro modo, estaríamos más en el arte que en la ciencia. Hay que tener en cuenta que estos muebles, al igual que la rejilla de la que están hechos los asientos y respaldos -quizá se podría aplicar a la rejilla la idea, también de Wagensberg, de que «el hexágono pavimenta»- son estructuras transparentes y ligeras en los que el aire penetra. Podríamos entonces decir, tentativamente, que el lazo, en el mueble de madera curvada, captura el aire.